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TODO CAMBIA. NADA CAMBIA.
En su conocida canción “Cambia, todo cambia”, Mercedes Sosa nos decía: “Cambia lo superficial, cambia también lo profundo, cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo”. Luego de las elecciones del 14 de noviembre, mucho cambió. Pero todo sigue igual. Un oxímoron sólo posible en Argentina. Dentro del cambio, se puede enumerar que el oficialismo perdió la mayoría en el Senado, y que resignó su supremacía electoral en la mayoría de las provincias salvo en parte del norte del país y en parte del conurbano bonaerense, a pesar de presentarse como un frente unido. Dentro del “nada cambia” del gobierno se anota la negación de la derrota, el asignarle las culpas al periodismo y el acusar a la oposición sobre todos los males del presente. Así como la aplicación de parches de corto plazo en la economía (como congelar precios a la carne en los supermercados por un fin de semana…). Pero algo más no cambió: los índices de inflación, pobreza, desempleo e inseguridad, por ejemplo. O los múltiples tipos de cambio. O las restricciones al comercio. O la asfixiante presión fiscal. O el exceso de incertidumbre, los bajos estímulos y la poca confianza que se genera en aquellos con posibilidades de invertir y generar empleo. O sea que en las empresas el cambio, el cambio real, la renovada capacidad de adaptación, deberá surgir desde adentro. Se vienen tiempos turbulentos seguramente, como casi siempre. Pero eso no debería ser usado como excusa sino como un elemento más a la hora de definir las estrategias para los negocios. La capacidad productiva del agro, su capacidad de emprender y de asumir riesgos no cambió. Para aquellos que decidan seguir jugando, esperar el cambio externo, esperar que cambie “el otro”, no debería ser el camino. Hay que empezar por dentro de las empresas, por aquello sobre lo que se tiene injerencia directa. Es por ahí. Parafraseando a la misma canción: “Cambia el clima con los años, cambia el pastor su rebaño, y así como todo cambia, que yo cambie no es extraño”.
EN QUÉ ANDAN LAS EMPRESAS
Poco tiempo dedicado al análisis político y mucho más a evaluar acciones concretas. Y siguiendo los pronósticos climáticos con obsesión. Decisiones tomadas con la cabeza, pero también con el estómago o la intuición. Momento del año intenso para los que hacen agricultura. Se largó la cosecha de trigo y cebada y en diciembre se completa. Está a full la siembra de la gruesa, potenciada por las últimas lluvias que han permitido corregir retrasos. Muy activas las áreas comerciales, tanto tomando posiciones de precios a futuro de los granos como analizando la forma de minimizar el impacto de la fuerte suba del costo de los insumos. Los que manejan las finanzas haciendo malabares para minimizar su exposición en pesos, canalizando los excedentes temporales hacia refugios en moneda dura o hacia gastos o inversiones que presenten un retorno aceptable. Hay preocupación de cómo actualizar los salarios ante el avance de la inflación, para que no pierdan poder adquisitivo. Los ganaderos expectantes ante el aumento de precios post elecciones en distintas categorías y la amenaza del gobierno de aumentar su intervención para aplacarlos. Manejando un negocio, que por definición es de largo plazo, con anteojos de ver de cerca. Con los tamberos percibiendo que el precio de la leche se va estancando y aumentando la producción. Con los analistas contables haciendo pre balances para estimar cierres fiscales de las empresas que terminan ejercicio a fin de año. Y, aunque suene raro en otros sectores de la economía, con empresarios analizando inversiones de mediano plazo que mejoren la competitividad. En resumen, los empresarios y su gente viviendo la vida real.
DECLARACIONES CON OLOR A NAFTALINA
“Si queremos asegurar carne, pollo, pan y leche, tenemos que desvincular los precios internos de los internacionales” dijo el nuevo Secretario de Comercio. Y, ante la pregunta de cómo se puede hacer eso, agregó que se puede “aumentar los derechos de exportación o crear fideicomisos de subsidio cruzado como en el mercado de aceite”. Declaraciones y medidas que huelen a naftalina y niegan la realidad. A naftalina porque esta letanía ha sido repetida numerosas veces a lo largo de los años, y negación de la realidad porque los precios de los granos, la carne, la leche y el aceite ya pagan impuestos a la exportación y eso no los ha “desacoplado” de la inflación. La carne y la leche hoy pagan “retenciones” del 9%, la soja del 33%, el trigo y el maíz del 12%, girasol del 7%, aceite de girasol del 5%, aceite de soja del 28% y así hasta el infinito. Además el desdoblamiento del tipo de cambio (dólar oficial en los $100 y dólar real en los $200) implica una enorme quita extra respecto a lo que recibe el productor. Por acá no es. Siga buscando medidas que no atrasen y sean efectivas señor Secretario de Comercio.
LAS SEÑALES A SEGUIR
No es novedad que la evolución económica de la Argentina tiene mucho que ver con lo político, y fin de año es un momento clave en momentos complicados e impredecibles como el que transitamos. El frágil equilibrio por el cual transita la Argentina hace que los próximos dos a tres meses sean relevantes, con el correspondiente impacto en las empresas. ¿Qué parámetros e indicadores se pueden seguir para ver por dónde viene la cosa.
– Reclamos sociales y sindicales: diciembre se caracteriza por ser un mes de posibles reclamos sociales y sindicales y la evolución de los mismos será un buen indicador para ver la respuesta política.
– Cambios en el gabinete: de producirse puede marcar nuevas tendencias económicas o de tipo de acciones a esperar.
– El arreglo con el FMI: el avance o no de un acuerdo, seguramente condicionado por los dos ítems anteriores, será un punto de inflexión para la economía.
– La devaluación del tipo de cambio oficial versus la inflación indicará si se busca de alguna manera ir achicando la brecha en el tipo de cambio o si se sigue aumentando la presión sobre la economía.
– Un posible aumento de retenciones o cierre de exportaciones de algún producto será una amenaza permanente.
QUÉ PASA EN EL CONGRESO
Con el incansable trabajo y la información generada por la fundación Barbechando https://barbechando.org/ resumimos las principales modificaciones que se esperan a partir de diciembre. Por un lado, el Poder Ejecutivo prorrogó las sesiones ordinarias hasta el 31 de diciembre, una forma de dejar el Congreso abierto y en funciones, sobre todo por si se llega a apurar un proyecto para un acuerdo con el FMI. El nuevo Senado contará con 35 senadores por el oficialismo, 31 por Juntos por el Cambio y 6 de otras fuerzas. Recordando que la mayoría se logra con 37 senadores, lo que obligará a una negociación para la aprobación de leyes. Esto ya ocurría en la Cámara de Diputados pero ahora quedan las fuerzas mayoritarias casi empatadas, con 118 diputados para el oficialismo, 116 para Juntos por el Cambio y 23 para otras fuerzas. Y para obtener la mayoría se necesitan 129 votos, lo que augura un escenario que irá entre la negociación y la parálisis en esa Cámara. Hubo 10 candidatos relacionados de alguna manera con el agro que accedieron a una banca. Dentro de los proyectos con agenda agro, con algún grado de apoyo en ambos bloques, se destacan: el bono verde (beneficio para productores forestales), la promoción de cannabis medicinal y cáñamo industrial, y el aumento del mínimo de bienes personales entre otros. Y comenzará una fuerte negociación para definir los presidentes de las comisiones, que deben reflejar la nueva paridad de fuerzas, rol de gran importancia para acelerar o frenar el avance de nuevos proyectos.
TRIGO HB4
El trigo HB4 sigue dando noticias positivas y negativas en su evolución comercial. Por un lado Brasil aprobó a través de su agencia brasileña de bioseguridad (CTNBio), la importación de harina elaborada con trigo genéticamente modificado desde Argentina. Y por el otro lado la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo), a través de su presidente Rubens Barbosa, rechazó la medida indicando que trataran de tomar acciones para contrarrestar la resolución indicando el impacto negativo que puede producir en las exportaciones brasileñas de elaborados (pastas, galletitas, etc.).
NEGOCIO AGRÍCOLA
La evolución mensual de la posición cosecha de los distintos granos fue positiva en los últimos treinta días producto del aumento de las cotizaciones internacionales. Las “autorizaciones” de ventas al exterior de trigo y maíz posibilitaron que el mercado local capture parte de las subas en el exterior. Comenzando la cosecha de fina en las distintas regiones del país, se espera una producción de trigo por encima de los 20M Tn, unos 3M Tn por encima de la campaña pasada. Los precios de Girasol para la nueva campaña se encuentran en excelentes valores.
ALIANZA COMERCIAL
Entre la empresa Granar, dedicada a la comercialización de granos, y la firma Agripay, sellaron un convenio para ofrecer soluciones al productor agropecuario. Crearon el primer “procesador de pago con granos”. Es una plataforma para realizar pagos y canje de granos, digitalizando los procesos de originación y venta de una operación. https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/mercado-de-granos-alianza-entre-dos-empresas-nid17112021/
NEGOCIO GANADERO
Mercado cada vez más amenazado por medidas de gobierno. Cepos, precios máximos, restricciones, aumento de impuestos a la exportación, declaraciones amenazantes. Todo aparece en el menú. Hasta las declaraciones encontradas entre el ministro de Agricultura y Ganadería defendiendo al productor ganadero (“el eslabón más débil” lo llamó) y el Secretario de Comercio acusando de que hay “acciones especulativas” en el sector. Si fuera una película podríamos pensar que se trata de una estrategia de policía bueno y policía malo. Pero no es una película así que el final todavía no está escrito. Lo que se ha visto luego de las elecciones es que los precios de la hacienda han seguido en suba. Novillos en los 210 $/kg, vaca gorda apta China arriba de los 180 $/kg, ternero de invernada arriba de los 300 $/kilo. Precios que se mueven en parte al ritmo de la inflación pero en parte por expectativas y por necesidad de los ganaderos de refugiar sus pesos en su moneda de trabajo, la carne. Los negocios de exportación, aún con restricciones, se están haciendo con fluidez. El consumo interno está en el orden de los 47 kilos por habitante por año, con un crecimiento fuerte del consumo de cerdo y pollo, que hace que en promedio los argentinos consuman más de 110 kilos por habitante por año entre las tres carnes, algo que pocos países logran. El problema no está ahí, está en los salarios, en la inflación, en la falta de empleo y oportunidades. Y en el deterioro de la educación. El diagnóstico equivocado lleva a recetas equivocadas.
NEGOCIO LECHERO
El precio promedio Siglea de octubre pagado al productor lechero fue de 33,27 $/litro (476,21 $/kilo de sólido). Representa un aumento del 0,7% respecto a septiembre y de casi el 70% en el año. De a poco, el precio se va “planchando”, quitando rentabilidad. Medido en dólares el precio de 0,335 u$s/litro es alto, lo cual se explica en parte por el atraso cambiario que va en aumento y no por atributos propios. A nivel del consumidor, la canasta de productos lácteos aumentó en el último mes entre el 1,8% y el 2,8%, con una variación anual de entre el 57% y el 60%. Por encima de la inflación, lo que pone nerviosos a algunos funcionarios y les despierta su gen de “hagamos algo”, que en general es un gen que los hace actuar sobre las consecuencias y no sobre las causas. El precio de la vaquillona preñada sigue firme y la producción en leve aumento, marcando que las expectativas productivas se mantienen. La industria Pyme, a partir del final de la cuarentena, está con demanda firme y compitiendo por precio con las grandes empresas. El negocio está vivo, aunque con los lógicos temores que genera producir algo que se consume en un 75% en un mercado interno de bolsillos flacos.